lunes, 28 de junio de 2010

EL PANTANO DE LOS CUERVOS (España-Ecuador, 1974)

Dirección: Manuel Caño. Intérpretes: Ramiro Oliveros (Dr. Frosta), Fernando Sancho (Inspector de policía), Marcia Bichette (Simone), Gaspar Bacigallipi, César Carmigniani, Melba Centeno, Bill Harrison, Mónica Jurado, Antonia Mas, Marcos Molina, Marcos Navas 'Cartucho', Domingo Valdivieso, Fabiola Vallejo. Duración: 85 minutos.

La filmografía zombi en el fantástico español está plagada de ejemplos desde el momento en que el terror dejó de ser un tema tabú y comenzaron a florar títulos de un modo imparable. Si bien es verdad que en este sentido los italianos siempre nos han llevado la delantera no menos cierto es que escarbando en la filmografía patria encontramos algunos films realmente interesantes sobre el tema tanto en su vertiente "Romero" esto es, muertos que se arrastran por el mundo sin otro objetivo aparente que el de saciar su apetito de carne humana, como en su concepción haitiana (personas aparentemente muertas que a través de la magia negra o el vudú se convierten en esclavos de otra voluntad). En el primer caso tenemos el orgullo de contar con el que probablemente supone la mejor consecuencia del clásico del George A. Romero. Nos referimos, por supuesto a No profanar el sueño de los muertos  donde Jorge Grau crea una obra estimable, técnicamente impecable que sólo se ve perjudicada por la insulsa pareja protagonista (en contraposición con el gran Arthur Kennedy) y un coyuntural y extremadamente simplista discurso ecologista. En su vertiente más romántica tenemos La orgía de los muertos  que, pese a carecer lamentablemente de orgía alguna, ofrecía un interesante "remenber" del tema de los zombis como esclavos sin voluntad al servicio de un hacendado de malévolas intenciones, cuyo referente inmediato sería la simpática "La plaga de los zombis" cocinada en la factoría Hammer apenas unos pocos años antes.

Fuera de estos títulos, un torrente de films mucho más cochambrosos realizados siempre bajo el signo de la urgencia, con más entusiasmo que talento (a veces sin lo uno ni lo otro) y que sólo pueden defenderse bajo argumentos nostálgicos o sociológicos. Títulos como "La rebelión de las muertas", "El espanto surge de la tumba" o la más tardía "La invasión de los zombis atómicos" son perfectos ejemplos de un cine subdesarrollado, realizado deprisa y corriendo y animado únicamente por las interesantes taquillas que conseguía cualquier disparate realizado al uso.

En un término medio, sin llegar a la calidad de los dos primeros films comentados pero con suficientes puntos de interés como para salvarlo de la "quema" (en la misma medida en que Amadis de Gaula o Tirante el blanco se salvaron de la hoguera alimentada por los numerosos libros de caballería de Don Alonso Quijano) aparece este pequeño, extraño y desconocido film en coproducción con Ecuador. Por estar olvidado, ni siquiera aparece en ninguna de las dos antologías más conocidas de Jesús Palacios sobre el tema (Planeta Zombi y Goremanía) o la de "Mad doctors" de aquella mítica editorial Midons que en los años 90 se dedicó a publicar unos interesantes diccionarios de temática fantástica y/o terrorífica. Y sólo en las indispensables (por concienzudas) Cine fastástico y de terror español: 1900-1983  orquestada por Carlos Aguilar y el número de la revista Quatermass 4-5  dedicado al Cine Fantástico Español aparece mencionada, eso sí, sin ofrecer mayores comentarios al respecto.

Así, no es de extrañar que hoy día pase desapercibido un título que podría ser considerado justamente como una versión apócrifa del relato de Lovecraft "Herbert West, reanimador" cuya existencia, a buen seguro conocía el siempre oportunista Santiago Moncada, guionista del film que nos ocupa. Del relato original mantiene varios aspectos básicos como la teoría del doctor (que aquí atiende al nombre algo risible de Frosta) de que es posible recuperar para la vida un cadáver siempre que esté suficientemente fresco a través de un suero que se inyecta directamente en la sangre o el desprecio que por sus teorías recibe de toda la comunidad científica obligándole a convertirse cuasi en un proscrito, cambiando de residencia y nombre continuamente hasta dar con sus huesos en una remota zona de Ecuador donde puede continuar sus "experimentos" con relativa tranquilidad. Junto a estas premisas tomadas directamente del relato de Lovecraft, sus responsables incluyen un "amour fou" que dará lugar a algunas situaciones necrófilas sorprendentes por su valiente escabrosidad. Incluso el uso de la música resulta extrañamente disonante (esa acaramelada canción dedicada a un cadáver) confiriendo a todo el conjunto un estilo psicotrópico, una vocación de film onírico de qualité que ya vislumbramos en la escena pre-créditos en la que el Dr. Frosta se enfrenta al juicio sumarial de sus compañeros por sus actividades de dudosa moralidad y en la cual el protagonista aparece recortado sobre un fondo negro escuchando los distintos sonidos y voces que delatan la presencia de un tribunal que jamás vemos.

Dirigida por el otrora productor Manuel Caño (director así mismo de otra rareza, Vudú sangriento , que comparte más de un punto en común con este título) y pese a su desmembrada (válgame aquí el adjetivo mejor que nunca) estructura narrativa, El pantano de los cuervos supone una modesta pero curiosísima aportación al género zombi, y sigue siendo sorprendente que no cuente con mayores adeptos habida cuenta de la truculencia de sus efectos especiales cuyos resultados se ven potenciados por una fotografía y puesta en escena deliberadamente feístas y por unas inquietantes localizaciones comprendidas en zonas rurales de Ecuador (especial mención a ese pantano que da el título al film, auténtica fosa común para los despojos de los experimentos fallidos del "Mad doctor", observatorio desde el cual los muertos vigilan los movimientos del protagonista en unos desasosegantes planos que ya justificarían por sí solos el visionado de la cinta).  De este modo, todavía hoy impresiona el inusitado realismo de la secuencia de la autopsia a una de las víctimas, (escena que alimenta una leyenda negra sobre la autenticidad o no del cadáver que aparece en pantalla) y la atmósfera malsana que la cinta recrea en cada uno de los fotogramas del film,

¿Autopsia real o Fx de primera?

El Dr. Frosta está protagonizado por el gris e inexpresivo Ramiro Oliveros, actor que gozó de gran popularidad hasta su inevitable eclipse a partir de mediados de los 80. Junto a él destaca el gran Fernando Sancho que interpreta a un inspector de policía conservador, machista y sardónico, capaz de desayunar tranquilamente frente a la mano amputada de una víctima y de lanzar cualquier chascarrillo irreverente durante la realización una autopsia. Resulta curioso que ambas personalidades, la del doctor y la del policía, afecten al mismo ritmo narrativo del film, melifluo y plomizo en las escenas de Oliveros, con nervio y un agradable tono de euro-thriller en aquellas escenas en las que aparece el chistoso policía y su asistente.

Si bien es del todo verdad que El pantano de los cuervos está lejos de ser un buen film (de hecho sus carencias son mayores que sus virtudes) sí supone una curiosa aportación al fantástico hispano en general y al género de zombis en particular, un toque de atención entre la morralla que nos ofrece el mare magnum de títulos fantásticos en España a lo largo de la década de los setenta. Así que sólo me queda esperar que disfrutéis de este título y recomendar, si alguien se queda con más "hambre" de muertos vivientes,  el blog del buen compañero Alimaña , saco sin fondo de títulos donde, de un modo u otro aparecen estos macabros personajes instigadores de los más sombríos miedos y pesadillas desde que Bela Lugosi los despertara allá por 1932 en la entrañable y pionera White Zombie .

El Pantano y sus macabros inquilinos

No puede perdérsela: Todo completista de la filmografía de estos muertos vivientes.
Abstenerse: El que espere ver una de zombis a lo Fulci.

13 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

Recuerdo haber visto "No profanar en sueño de los muertos" en el programa de Ibañez Serrador "Mis terrores favoritos" y como me impactó, hasta tal punto, que pasé varias noches sin pegar ojo. Y es que, en aquellos años, emitir una película por televisión en el que los muertos devoraban a los vivos no era algo a lo que estuvieramos acostumbrados.

john mcclane dijo...

Las películas de zombies inevitablemente llaman mi atención, pese a las posibles fallas que puedan presentar. Anotada queda esta peli para un futuro visionado.

Saludos.

Covenant dijo...

me pasa exactamente igual que a Fantomas, las películas de zombies son mi perdición.

Así que la he metido en el gestor de descargas.



Por cierto, el blog esta quedando Genial!! me gusta mucho lel jeugo de zules con negro, además que se lee mejor.

Saludos Quime!!!

Quimérico Inquilino dijo...

Pepe, aquella emisión, efectivamente fue mítica por lo que supuso en una televisión pública nada acostumbrada a aquellos excesos sanguinolientos. A mi me pilló demasiado jovenzuelo como para soportarla entera. En la escena del estripamiento delpolicia en el cementerio mi capacidad de aguante se terminó XD

Fantomas, avisadoquedas que no es una peli de zombis al uso aunque como versión latino de Re-animator me parece toda una rareza.

Pk, muchas gracias. La verdad es que ahora va quedando más según el estilo que tenía en mente y que las configuraciones anteriores de blogger no me permitian. Me alegro que los cambios sean recibidos positivamente. Espero que la peli sea de tu interés.

Un saludo a los tres!

Alimaña dijo...

Gracias por darme a conocer una película absolutamente desconocida para mi... todo un regalo y una grata sorpresa despues de mis cortísimas e inmerecidas vacaciones...por supuesto le echaremos el ojo, o los dos mejor... bajando de imnediato y me la apunto para comentar...
Por cierto la de "No Profanar... la pude ver en la tele escabullido de la tenaz vigilancia de mi madre... que recuerdos aquellos jajajaja
Saludos
Saludos

Quimérico Inquilino dijo...

Por un error, os coloqué unos enlaces de descarga directa en inglés. Subsanado el error y cambiados los enlaces, ya os la podéis bajar con entera confianza. Disculpad las molestias.

Alimaña, claro, claro... Otro de mi "quinta" que tuvo que ver "No profanar..." de estrangis, jajaj...
Esperando esa reseña en tu blog ya que me interesa tu opinión al respecto de esta extraña película.

Un abrazo

ATXEIN dijo...

Coñe Quimérico te dejo una semanas y me cambias el estilo¡¡ Pues te está quedando muy bién, aunque te recomendaría poner la resolución apropiada, yo no veo todo en la pantalla..XDD

Pues yo soy otro que vió No profanar.. en noche de lobos hace ya uno añitos..siendo muy pequeño y con mi hermano y mi padre a escondidas de mi Madre, que era quien no nos dejaba ver cine de terror..jajaja Eso sí, soy algo mas pequeño que vosotros..no os creais..XDD

En cuanto al Pantano de los cuervos.. la vi hace tanto tiempo que ni la recuerdo¡¡ Aunque tengo el vago recuerdo de que me encantó.. Tengo que subsanar esto..

SAludos¡¡

Robert García dijo...

Quimerico, bonito look el que le has dado al blog.

En cuanto a la peli, un film oscuro que sin ser de lo mejor que uno puede ver tiene su encanto y hay que visionar, muchas gracias por la reseña.

Saludos.

Quimérico Inquilino dijo...

Atxein, yo lo veo todo, aunque claro supongo que es por que tengo la pantalla panorámica. En cualquier caso voy a ver si puedo arreglarlo. Supongo que la resoluciónse tendrá quetocar desde blogger, ¿no?

Punkandroll, gracias por tus palabras. Y ya ves, piensas como yo en cuanto a este film.

Saludos a ambos!

SeaMonkey dijo...

tengo que ver esta película!!!
las que he visto de zombis españoles es la saga de los Muertos Ciegos que me gustó mucho

saludos!!

Alimaña dijo...

¿La saga de "Los Muertos Ciegos"?
Debe tratarse de las cuatro de los templarios del amigo Ossorio...

Perdona por no agradecerte antes la reseña que has hecho de mi blog en la ficha, y comentarte que ya la he visto. Un "mad doctor" extremadamente cruel y poeta... jajaja todo un hallazgo. Esta tarde creo que podré comentarla
Un saludo Quimérico

Víctor Bilbao dijo...

"- Sr. Comisario, he tenido una idea.
- ¡Por fin, ya era hora. Pero suéltala enseguida, no sea que se muera de soledad dentro de tu cabeza!".

Bastante, bastante, bastante mala coproducción entre España y Ecuador.
Es por tanto una peli exótica, y no sólo por el no muy habitual compañero de viaje de España en esta aventura, sino por el tema en sí, que se adentra en el subgénero del "Mad Doctor", esto es, el Dr. que es muy inteligente, sí, pero usa sus capacidades no para hacer el Bien precisamente, sino para todo lo contrario.
Aquí sus intenciones son buenas, pero exasperado por sus pocos y cortos logros, no duda en matar impunemente para avanzar en sus estudios.
Todo esto narrado de forma harto torpe por Manuel Caño, hasta el punto de conseguir algo no original, pero sí clarificador: que apenas consiguiera distribución, siendo apenas vista por nadie en la época de su estreno.
Y vista ahora, casi cuarenta años después, la cinta no puede ser no sólo más tediosa, sino absurda.
Y lo es por mezclar churras con merinos, utilizar muy mal la música y canciones, y enervar al respetable con un guión con más agujeros que el Titanic tras chocar contra el hielo.
Algunas escenitas más bien ridículas eróticas, guapa actriz protagonista (pero sosísima) y bonita fotografía que, no obstante, no saca jugo de los bellos paisajes naturales donde está rodada la peli.
Ni en eso se esforzaron.
Tan sólo se pueden salvar, por si simpatía más que nada, los personajes del comisario de policía (un Fernando Sancho a quien le doblan, por cierto) y su fiel ayudante.

Quimérico Inquilino dijo...

De acuerdo una vez más. Su principal aliciente radica en su rareza y el parecido argumental con "Herbert West reanimador" de HP Lovecraft.